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Ya he usado la compota de ciruelas para cocinar y tengo que confirmar que está buenísima. Una noche la serví directamente en la salsera, a temperatura ambiente para acompañar unas chuletas de cabecera de lomo. El sabor de la compota es contundente pero con la carne se aviene a la perfección. Otro día descongelé un lomo de cerdo que había congelado en trozos grandes. Lo doré muy bien en un fondo de aceite, salpimenté cuando ya cogió color, eché por encima como una taza de la compota, dejé que chisporroteara y se mezclara con el juguillo de la carne, revolví bien todo junto y añadí media taza de agua y 2 cucharaditas de azúcar espolvoreadas por encima para contrarrestrar la acidez. Tapé y dejé cocer todo junto unos 12 minutos. Los abrí por la mitad para comprobar que ya estaban rosados. Si dejas hacerse más el lomo se queda seco e incomestible, al menos para mi gusto. Estaba realmente delicioso.
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Del árbol a la mesa. Ha sido todo un placer! Ayer por la noche estabamos cogiendo las ciruelas y las manzanas del árbol y hace una hora acabo de verter la última compota en la salsera para usar este fin de semana. El resto en sus respectivos botes al vacío para que maduren. Habrá que etiquetar y adornar convenientemente las que son para regalar a mis "alrededores". Eran las últimas que quedaban sanas, como los árboles del prado de mis padres no se fumigan los insectos campan a sus anchas, pero ellos también tienen que comer! Algunas estaban verdes todavía, pero como era para una compota agridulce las cogimos de todos modos. No he anotado cantidades exactas, me he dejado llevar por la inspiración y lo que me transmitía el sabor del dedín cada vez que cogía un poco de la mezcla. Me parece que va a estar muy buena con las carnes, sobre todo cerdo. En el libro de conservas que tengo mandaba añadir más vinagre, pero a mi ya me parecía un sabor muy intenso, incluso creo q
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Postres de la niñez, a eso las asocian la mayoría de la gente. El caso es que a mi no me saben a niñez, porque mi madre era de poco postre, pero cuando se ponía, era a lo grande. Así que nada de natillas. Si hacía, eran tartas. La de moka, la de manzanas, algún postre seco de su tierra (sequillos, galletas de nata), pero nunca natillas. No creo habérlas comido nunca echas por ella. Claro que de poder escojer, me quedo antes con cualquiera de aquellas delicias que salían de sus manos. Y que conste que me gustan mucho, tanto las natillas, como los flanes, crema catalana, pastelera... Así que a mi las natillas no me saben a niñez, me saben a "adultez" y a thermomix. Porque la maquinita entró en mi vida de recién casada, se hizo la reina y señora de mi cocina, y aunque uso todo el resto de mis juguetes, que son muchos y todos me encantan, de ella es de la única que no prescindiría. Y llegar hoy tarde y cansada, echar los ingredientes, ir a cambiarme y al volver tener unas nati
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Este año escogió ella, como debe ser en realidad. Yo objeté que de queso ya la había hecho el año pasado, pero es que a mi suegra, al igual que a mí, le chiflan las tartas de queso. Había planeado dejar un rato del sábado para hacerla y que el domingo estuviera reposadita y fría pero mi amiga Mariali se cruzó en mi camino. Tenerla lejos y echarla de menos son causa y efecto, así que mi sentido de la responsabilidad se esfumó y me fui toda contenta a pasar ese rato con mis amigas del alma. Teniendo en cuenta además que a la noche siguiente me ingresaron, se entiende el porqué renegué tanto cuando a la 1 de la madrugada llegué a casa cansada, con malestar y pensando en que había que hacer la tarta...Se que es batir y hornear, pero ni eso me apetecía. Pero el aniversario de padres y suegros es sagrado en mi corazón. Miré por la nevera, y localicé ingredientes, eché según apetencia y buen parecer. Decidí cambiar la cobertura por alguna más original y más en esta época que no estamos c
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Planeando la cena de esta noche me di cuenta de que no tenía yogures. Podemos tomar algo de fruta pero después de cenar siempre me apetece algo que me recuerde más a un postre...manías! No supuso un problema, con la thermomix y lo que haya por ahí seguro que se puede hacer algo rápido y rico. No lo dudé, los flanes de queso de Noemí, el hada rubia que me envió un molde de silicona desde el otro lado de España, sin conocerme más que de participar en un foro. Aparte del molde de corona que he usado hasta la saciedad, y usaré, también tengo algunas de sus maravillosas recetas en mi cocina, y ésta es una de ellas. Cometí el error más básico que se puede cometer cuando vas a cocinar, no comprobar los ingredientes. Cuando ya tenía los líquidos y los quesitos echados en la thermomix, a falta sólo del azúcar y el sobre de cuajada, comprobé que este último ingrediente se había terminado y estaba convenientemente anotado en la pizarrita pertinente que cuelga de mi congelador....ainssssssss! De
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Habida cuenta de mi gran pasión gastronómica, no solo a nivel práctico sino también de lectura (esa pasión no se limita a los libros de cocina...ahora mismo estoy con "El eterno marido" de Dostoiesvki), mis hermanas en sus incursiones libreras me tienen encuenta...La tradición viene a resultas de mi gran aficción de pequeña a enfermar de anginas. Cada cierto tiempo recaía y eso implicaba bastantes días postrada en cama y siempre, siempre, implicaba un libro de regalo. Coleccioné libros de los Hollyster, Torres de Marlory, Los Cinco, de Alfagüara Juvenil, muchos de María Gripe, algunos cuentos de hadas.... Cuando en la adolescencia empecé a desarrollar mi gran aficción a la cocina, sólo me podía permitir alguna revista y desde luego a mis "alrededores" no les parecía bien gastarse los dineros y su tiempo en libros de cocina...tooooodos de lectura. En cuanto pude contar con mi propio dinero empecé a hacerme con algún ejemplar, al principio más sencillos y baratos
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No me gusta tirar nada. Tengo un montón de tupers de todas formas y tamaños para poder aprovechar restos de todo tipo... Si compro un pollo entero, separo pechugas para un día, el resto lo guiso y con la carcasa y desperdicios y algo de verdura hago un buen caldo para sopa. La carne adherida a la carcasa bien picadita junto con algo de jamón picado, fideo cabellín y huevo cocido me sirve para hacer la sopa con el caldo. Guardo las salsas de los guisos y las congelo, generalmente siempre sobran y tienen toda la sustancia de verduras y el ingrediente principal. Si algún día voy con prisa, trozos de algo a la sartén para dorar un poco, la salsa descongelada y comida lista... En el caso que nos ocupa había hecho pisto. Tenía bastante calabacín, por un lado una crema con zanahoria y puerro, y con el resto de calabacín más ajo, cebolla, pimiento verde y rojo y tomate triturado un buen pisto casero. Me salió bastante cantidad así que le añadí atún en aceite, bien escurrido y desmig